lunes, 24 de noviembre de 2008

Selva Misionera

Tiene todas las características de las Selvas Lluviosas Cálidas del Mundo: bioma típico de zonas de elevada temperatura y humedad sin fluctuaciones marcadas y sin una estación seca definida. Se caracteriza por su masa boscosa de 20 a 30 metros de altura integrada por gran variedad de especies vegetales. Se pueden identificar en ella varias capas de vegetación con abundantes lianas (isipó) y epífitas (plantas que viven sobre otras).
Las abundantes lluvias, fuertes rocíos nocturnos, pocas fluctuaciones en la temperatura sumadas a elementos esenciales para la vida como luz solar, calor y agua disponibles hacen que la naturaleza produzca las formas vivientes más exuberantes.
Así en "ésta selva" todos los hábitat y nichos que podrían ser ocupados por la diversidad biológica realmente fueron ocupados.
Originariamente la Selva Paranaense o Misionera cubría todo el Sudeste de Brasil, Este de Paraguay y las tres cuartas partes de la provincia de Misiones en nuestro país. Hoy esta situación ha cambiado quedando escasos fragmentos de aquella selva original, víctima de las forestaciones de coníferas exóticas y la ignorancia sobre el real y racional aprovechamiento de los recursos naturales de la selva misionera.
Se calcula que ya ha desaparecido más del 50 % de la selva original.
La selva es una comunidad compleja por la diversidad de seres vivos que la integran y madura o climáxica por que ha llegado a un máximo grado de evolución; de allí que encontramos en este tipo de ambiente los mas variados ejemplos de relaciones interespecificas e intraespecificas.
Así veremos que la reproducción de ciertas plantas depende de algunas aves e inclusive de murciélagos, que colaboran en la dispersión de sus frutos o semillas.
Existen en la selva misionera mas de 2.000 especies conocidas de plantas vasculares, 330 de peces, 70 de anfibios, mas de 150 de reptiles, unas 550 especies de aves, mas e 100 de mamíferos y una incalculable cantidad de insectos y otros artrópodos.
Si bien es grande el número de especies reconocidas, la densidad de muchas de ellas es pequeña lo que las sitúa en peligro o amenazadas de desaparecer.
Es probable que la primera impresión, de quien la visita por primera vez sea de una gran maraña de vegetación, imposible de penetrar, pero si nos detenemos y la observamos con cuidado podemos distinguir en ella pisos o estratos más o menos bien diferenciados.
De este modo podemos distinguir el estrato inferior o suelo de la selva. Tapizado de musgos, líquenes y helechos; el suelo de la selva esta constituido por una frágil capa de materia orgánica en descomposición. Allí se depositan hojas, frutos, semillas, ramas, troncos y restos de animales, que con la ayuda de los descomponedores como los hongos y las bacterias los desintegran incorporándolos a la capa de humus, que es escasa. Este estrato se caracteriza por su permanente humedad y escasez de luz solar que limita el crecimiento de los vegetales.
Entre los troncos caídos pueden encontrarse numerosos animales en especial anfibios, reptiles, aves y pequeños roedores, donde encuentran alimento y refugio.
A continuación si la luminosidad es importante, aparece un estrato caracterizado por la presencia de arbustos, cañas y los renovales de árboles; a este estrato se lo denomina sotobosque o arbustivo (entre 3 y 10 metros de altura), que según ciertos autores distinguen un sotobosque bajo y otro alto. Según el tipo de suelo, lo escabroso del terreno y/o el grado de intervención humana puede ser mas o menos enmarañando.
Por sobre este se encuentra el techo de la selva formado por la copa de los árboles, que en su competencia por la luz solar se apretujan y entrelazan formando una capa continua de follaje de unos 20 metros de altura: es el estrato de dosel.
Por sobre este se encuentra el techo de la selva formado por la copa de los árboles, que en su competencia por la luz solar se apretujan y entrelazan formando una capa continua de follaje de unos 20 metros de altura: es el estrato de dosel.
De tanto en tanto, árboles gigantescos de 30 o más metros de altura sobrepasan las copas del estrato anterior, estos son conocidos como estrato de los emergentes. Cuyos principales representantes son el timbó, la grapia, el incienso o el escaso palo rosa. Los emergentes son útiles para la vida animal, como atalayas desde donde algunas rapaces, como la majestuosa harpía divisa a sus presas, también sirve de posadero para los jotes o cuervos o para que numerosas aves puedan construir sus nidos fuera del alcance del hombre, o bien cuando se secan proveen un hábitat especial para numerosos pájaros carpinteros, loros y otras aves que crían en huecos de árboles.
También existen vegetales que sin corresponderse a ninguno de los estratos vinculan a todos entre si como las enredaderas trepadoras o isipó, por otra parte algunos cactus sin espinas, algunos helechos y el guembé (Philodendron bipinnatifidum) viven en calidad de epífitas (viven sobre otras) abandonando el contacto con el suelo para tener un lugar al sol. Se adhieren fuertemente a los troncos o ramas de los árboles que usan solo como soporte sin extraerles de ellos ninguna sustancia, a diferencia de los parásitos, absorbiendo la humedad atmosférica.
Grupo: Álvarez, Mayra - Calderón, Gimena - Lasa, Victoria - Montes, Danesa






































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